jueves, 6 de diciembre de 2007

Los educadores sufren un alto riesgo de acabar 'quemados' .

Hace dos años y medio, la totalidad de los educadores de menores extranjeros que trabajaban en Gipuzkoa cogieron la baja laboral en bloque por situación profesional que estaban sufriendo. Con el gesto sacaron a la luz el problema del estrés y presión a la que están sometidos en el día a día de su trabajo, que les lleva al absentismo laboral y al abandono de la profesión de forma prematura. Y no es para menos. Los educadores de menores no acompañados de Gipuzkoa presentan un riesgo alto de sufrir el llamado síndrome del trabajador quemado o burn out.
Así se constata en un estudio elaborado por el profesor de Psicología de la UPV Íñigo Ochoa de Alda y presentado ayer en el V Congreso Nacional de la Asociación Española para al Investigación y Desarrollo de la Terapia Familiar que se celebra en Donostia, con la colaboración de ATE Asesores y Hogares Nuevo Futuro. Precisamente, el estudio presentado ayer tomó como muestra a 55 educadores de la citada asociación, que se ocupa de la acogida urgente de menores inmigrantes no acompañados y de pisos residenciales en los que conviven menores autóctonos con otros extranjeros.
El trabajo de campo comenzó en 2005 y desvela que el 53% de los educadores sufre altos niveles de cansancio emocional, que el 47% padece despersonalización, lo que hace que no muestre interés por el usuario al que atiende – en este caso el menor – , y que el 40% tiene una realización personal y una autoestima baja. «Todos estos índices revelan que los educadores sociales de menores de Gipuzkoa sufren un riesgo muy alto de padecer el síndrome del quemado», señaló Ochoa de Alda.
Asimismo, en el estudio se constata que los educadores presentan niveles altos de alexitimia, un trastorno que implica dificultad en identificar y expresar las emociones, y que «empeora cuanto más tiempo llevan trabajando».
El trabajo incluye un programa de intervención y supervisión psicológica de los educadores que ya ha comenzado a dar sus frutos. No obstante, la mejora de las condiciones laborales los educadores requiere además «más reconocimiento de su trabajo, recursos especializados y mejora en la clasificación de los perfiles de menores que atienden».
En la actualidad, se calcula que dos de cada cinco educadores de centros de acogida de urgencia a menores inmigrantes se encuentran de baja laboral. Siete de cada diez son mujeres y la edad media es de 28 años.
publicado en Diario Vasco, JM.V., 2007-12-01

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