Los Servicios Sociales del Cabildo de Gran Canaria se vieron forzados ayer a desalojar el centro de menores de protección Laurisiva, en Ojos de Garza (Telde), después de que la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia realizara una inspección y determinara que el hogar no reune las mínimas condiciones para acoger a niños.
La Fiscalía ordenó ayer el desalojo del centro tras realizar dos inspecciones y constatar que las instalaciones no cuentan con las condiciones mínimas de habitabilidad e higiene ni cumplen con las funciones de formación para las que está creado, confirmaron a este periódico fuentes de la Consejería de Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias.
El Laurisilva, ubicado en la urbanización Ojos de Garza, es un centro de atención inmediata para niños de entre 13 y 17 años. A él puede ir a parar cualquier menor que se encuentre en una situación de urgencia (padres alcohólicos y falta de un familiar que se haga cargo, hijos de personas detenidas, etcétera) y en el permanece hasta que se tome una decisión de carácter definitiva. Por ley, está tutelado por la Administración. En Canarias, la tutela le corresponde al Gobierno autónomo, pero la gestión está derivada al Cabildo Insular y éste tiene contratada a una ONG que se encarga del funcionamiento del centro. En este caso, se trata de Mensajeros de la Paz, que según diversas fuentes percibe unos 70 euros por niño/día.
Según las fuentes consultadas, la Fiscalía acordó instar el cierre tras comprobar que de las cinco habitaciones que existen en el centro, tres carecen de cristal en las ventanas, que en la mayor parte del centro no hay mobiliario ni luz eléctrica y que la seguridad es muy deficiente.
No era un lugar para los niños
La fiscal de Protección de Menores admitió anoche a este periódico que había instado la clausura del Laurisiva, y confirmó que había tomado la decisión al considerar que el centro no reune las suficientes condiciones de habitabilidad e higiene como para garantizar la seguridad de los menores . La responsable del Ministerio Público declinó entrar en detalles sobre los pormenores de las inspecciones a las instalaciones de Ojos de Garza.
Cables pelados, frío, mal olor, suciedades
Según las fuentes consultadas, el fiscal que inspeccionó el centro se mostró asombrado de que se permitiera la convivencia de menores en unas instalaciones sucias, altamente deterioradas y sin las mínimas condiciones de seguridad para los menores. Si bien la franja de edad es de 13 a 17 años, en el momento de la inspección pernoctaba en el centro una niña de doce años. Al parecer, los cristales rotos en las ventanas de las habitaciones donde duermen los niños no se reponen desde el pasado septiembre, en la mayor parte de las habitaciones las bombillas o no existen o no funcionan y los baños están altamente deteriorados. La mayoría de los enchufes están rotos y carecen de carcasas de seguridad, en algunos casos son simplemente un agujero con cables. La casa está plagada de humedades y paredes desconchadas. El patio acumula restos de obras, basura y muebles deteriorados. Los niños carecen de mobiliario en condiciones para sentarse y no disponen de libros. Al cierre de esta edición los servicios sociales del Cabildo procedían al traslado de los menores a otros centro tutelados, tras poner los hechos en conocimiento de la Consejería de Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias.
Fuente: Con los niños no se juega
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