miércoles, 19 de septiembre de 2007

El maltrato en una casa de acogida

Querida Josefa: Gracias por ser tan valiente y haber hecho pública la situación que vivimos las mujeres en las casas de acogida. Te brindo todo mi apoyo. Yo, hace un año, junto a otra compañera denunciamos ante la justicia a la casa de acogida por el maltrato recibido, por las situaciones tan atroces que vivimos y, por supuesto, por los trastornos que ocasiona todo esto en nosotros y en los niños, que son las grandes víctimas aquí. Ahora dirán que mis declaraciones no valen porque eran de otra casa de acogida, pero estamos hablando de las mismas personas y de la misma institución que están en la Casa Malva. Pero a seguir aceptando pulpo como animal de compañía.
Josefa, ¿hasta cuándo tendremos que soportar esta imagen tan patética e irreal que hacen de nosotras? Con el cuento de que abriéramos los ojos nadie se puedo imaginar todo lo que estamos viendo.
Espero que con esta carta dejen de atacarte y simplemente entiendan que desde la parte que nos tocó vivir denunciamos ya no sólo el trato indignante y destructivo, sino que nuestro problema interno lo desconocen totalmente. Dejemos claro que no tenemos nada que ver con ningún partido político, que representamos lo que viven y lo que pasa en la casa de acogida y que la principal responsable es la Cruz Roja. Que nosotras vamos por libre, que estamos en disposición de aportar información con el fin de buscar soluciones a un problema tan serio desde la parte que nos tocó vivir. Que no queremos ser partícipes de conflictos, ni que se vaya abajo nuestra información de suma importancia para la vida de muchas mujeres y de un proyecto que es la Casa Malva, que tiene que llegar a cumplir el fin para el que fue creada. Espero que dejen de victimizarnos haciendo sólo hincapié en la violencia de género y se conciencien del problema del maltrato en toda su dimensión, lo que llevará a la concienciación del problema, a acabar con el problema y con nuestra victimización y nuestra marginación. Gracias de nuevo, Josefa. Y hasta siempre.
Susana Villamil, ex residente en una casa de Acogida del Principado.

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