Los acosadores continúan sus actividades en los meses de verano.Internet, la calle y los campamentos pasan a ser los nuevos escenarios.
- Encarna García.
Foto:SUSANA SAN MARTIN
Para muchos niños las vacaciones de verano son sinónimo de libertad, diversión y despreocupación. Para otros comienza una nueva fase de acoso escolar. En los meses de verano el maltrato físico y psicológico que sufren algunos niños a manos de sus compañeros se traslada a otros ámbitos.
"Nuestros teléfonos siguen sonando" , asegura Encarna García, Presidenta de la Asociación contra el Acoso Escolar (ACAE). El verano, para algunos, es una etapa de cambio, pero el miedo sigue ahí. "Al aproximarse el inicio del curso, el temor de los acosados incrementa, y el volumen de llamadas también" .
Ferran Barri, Presidente-Director de SosBullying , una organización que ofrece apoyo a niños y a padres de niños acosados, se muestra contrario a tener que utilizar un anglicismo, pero opina que el termino bullying es el más apropiado para hablar de esta situación. "Yo siempre hablo de bullying porque no solo se limita a definir el acoso que se lleva a cabo dentro de los colegios e institutos, también incluye el abuso que ocurre fuera de estos centros escolares" . En los meses de verano, el bullying se traslada, principalmente, al ciberespacio. Este medio facilita una situación de acoso que se inicia durante el curso escolar y continúa durante el descanso veraniego. El ciberespacio, asegura Barri, "es el ambiente menos supervisado por los adultos. Los padres no suelen estar al corriente de las actividades de sus hijos en la Internet." Hasta un 12% de los casos recurrentes de acoso escolar suceden en el espacio virtual. Uno de los métodos que aplican los acosadores es manipular fotos de los acosados y mandarlas a través de foros como el Messenger a sus compañeros de clase.
"Internet es un vehículo que aporta conocimientos, pero también problemas" , manifiesta García. En los meses de verano, asegura, los más jóvenes se pasan horas pegados a la pantalla del ordenador. Y los padres, como sugiere Barri, están poco informados de lo que hacen sus hijos cuando se conectan a la red.
A nivel terrenal, el acoso continua en la calle y en los campamentos de verano. "En muchos casos las agrupaciones que se encargan de organizar campamentos no saben lo que es un niño" , explica García. El caso típico lo protagoniza un joven que llega a un campamento, sin conocer a nadie, donde su acosador ya ha establecido un núcleo de amistades, y este último pone al grupo en contra del recién llegado. Los monitores, generalmente poco preparados, no siempre regulan estos comportamientos abusivos, que pueden desembocar en acoso psicológico e incluso físico.
La persecución escolar no siempre responde a la imagen tradicional de un grupo de niños golpeando e insultando al acosado. Otra vía mas sutil, y desafortunadamente más difícil de detectar, es el aislamiento social. Las marcas de ropa, asegura García, tienen mucho que ver con esta forma camuflada de acoso. El marquismo aísla a los jóvenes que prefieren, o no pueden, seguir el ritmo marcado por los dictámenes de la moda.
García opina que el acoso siempre favorece más a los acosadores que a las víctimas. En la mayoría de los casos los acosados se ven obligados a cambiar de colegio o incluso de residencia, después de haber sido tachados de "chivatos" . En Asturias, el acoso escolar ha sufrido un "bajón significativo" , pero la amenaza sigue viva en cada colegio y aula del Principado. La presidenta de ACAE apuesta por una postura de "acción inmediata y tolerancia cero" que posibilite la detección y posterior erradicación de cualquier signo de abuso. Por su parte, Barri recomienda que "hay que mostrarse afectivo con el implicado, asegurarse que el acosado no se encierre y este pendiente del ordenador, y ofrecerle actividades donde pueda socializarse" y no aconseja "que se enfrenten las familias de los implicados" .
El acoso escolar empieza en primaria, donde suele pasar desapercibido, y explota en el instituto, especialmente en primero y en segundo, donde hoy el numero de niñas acusadas de molestar a compañeras del mismo sexo es casi igual que el registro masculino, tradicionalmente más vistoso.
PEDRO RODRIGUEZ (lavoz)
1 comentario:
hola, yo he sido y aún soy víctima de acoso escolar con 17 años de edad, todo empezó cuando tenía 13 años y aún sigue presente, y como bien dice, el aislamiento es una forma más de acoso escolar, es la que llevo sufriendo desde el año pasado (además de insultos) los otros años han sido más de golpes e insultos, desafortunadamente mi acoso marcha bien, yo no me siento mal ni mucho menos, incluso estoy bien en mi soledad "obligada", yo ya no creo que sea un problema de acoso, más bien, de mi propia autoestima; antes me queria bien poco. la psicología me ha ayudado bastante.
un saludo
gran flog
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